Filipinas-Indonesia
Por segundo año consecutivo el Fondo María Felicidad Jiménez Ferrer, en colaboración con la Fundación Siempre Adelante, ha participado en un Proyecto Misionero en el verano de 2017. En esta oportunidad los destinos fueron Filipinas e Indonesia.
Nuevamente, la misión consistió en apoyar la educación de los niños con algunas clases complementarias, en esta ocasión, sobre cultura y lengua españolas, impartidas por José Luis Lizcano a los distintos grados, del 4º al 11º, y en una modesta ayuda económica donada por el Fondo.
La duración de la misión fue de tres semanas, realizándose las estancias en lo centros de Filipinas, Santa Carmen Salles School (Bacolod) y Missionary Sisters of the Immaculate Conception (Manila); y en Indonesia, en la Escuela Santa Carmén Sallés de Larantuka.
Breve crónica del viaje
23 de julio de 2017
Parto para Manila – Filipinas, via Dubai. Tengo por delante un viaje largo a mi nuevo destino misionero. Este año voy solo por un periodo de tres semanas y la experiencia será distinta a la del verano pasado que compartí con un grupo en otro país (República Dominicana). El itinerario que tengo programado me llevará también a Indonesia, donde visitaré la escuela a la que el Fondo MFJF hizo una donación destinada a la adquisición de ordenadores y equipos informáticos para la educación de los niños. Serán muchos vuelos y kilómetros, pero la ilusión es grande. Llevo conmigo la cruz misionera de la Fundación Siempre Adelante.
Mi cometido principal será colaborar en la enseñanza de los niños de la escuela Santa Carmen Salles de Bacolod durante dos semanas, pero aun no sé muy bien de qué manera concretamente.
Me acuerdo en estos momentos de partida de las personas que han hecho posible que me encuentre iniciando esta experiencia ilusionante, con las que he estado preparando el viaje durante las últimas semanas: Madre Ana María, presidenta de la Fundación Siempre Adelante, y Madre María Mateu, Directora de la Residencia de Estudiantes en Manila de la Congregación Religiosa Concepcionistas de la Enseñanza.
Mis hijas Laura y Nuria y mi querida esposa Felicidad, que está en el Cielo, son mi fuente de inspiración e impulso para llevar adelante este nuevo proyecto. Gracias de corazón a todas, que con la gracia del Señor y la Virgen, y la intermediación de Santa Carmen Sallés, me dan las fuerzas necesarias.
24 de julio de 2017
Llego al aeropuerto de Manila, donde me espera Madre María Mateu, para llevarme a la residencia que dirige, en la que estaré hasta mañana, antes de partir para Bacolod. Después de hora y media larga de travesía por las calles atestadas de vehículos y gente de Manila, llegamos a la residencia, para descansar hasta mañana. Las seis horas de diferencia horaria hacen que el día no de para más.
25 de julio de 2017
A las 21:25 sale el avión para Bacolod, adonde llegaremos a las 22:45, si Dios quiere. Madre María Mateu viaja conmigo. El día en Manila lo he pasado disfrutando de la hospitalidad de las Hermanas y las residentes postulantes-formandas que me han enseñado la residencia y sus alrededores. Madre Mercedes y Madre María me han acogido con un afecto entrañable.
A nuestra llegada al aeropuerto de Bacolod somos recibidos por las Hermanas Regina y Magdalena que en el coche conducido por la primera nos llevan a Madre María y a mi a la Escuela donde estaré las próximas dos semanas. Es tarde y la oscuridad de la noche se extiende también por el interior de la escuela, a oscuras en esos momentos por los efectos de una fuerte tormenta que acaba de descargar. A la luz de unas velas nos damos las buenas noches y cada uno entramos en nuestras habitaciones.
26 de julio a 5 de agosto, 2017
Los cinco primeros días de mi estancia en la Escuela de Bacolod los dedicamos a conocer el entorno: la propia escuela, los profesores, los grupos de chicos y chicas a los que daré clase, algunos lugares de interés cultural y turístico, etc.
Madre Regina, directora del Colegio, me proporciona el Schedule u horario para estos días, detallando las clases de observación de los grados 4º al 11º que me servirán de reconocimiento para las clases que impartiré la semana que viene, teniendo la oportunidad de conocer y tomar un primer contacto con los profesores y los niños, así como con la ubicación de las aulas. El programa incluye también la visita que se ha previsto para el fin de semana al parque natural Mambukal Resort.
“Welcome Jose Luis”
Lo que no incluye el programa que me entregan es la recepción o acto de bienvenida que el Colegio ha preparado en mi honor. Es algo que por supuesto no me lo esperaba y que desborda todo lo imaginable. A medio día, en el pabellón de deportes del Colegio, con un gran cartel que decía “Welcome Jose Luis” se reúne todo el colegio, todos los grados al completo, más de quinientos niños perfectamente organizados y dispuestos, profesores y directoras para ofrecerme una bienvenida colectiva de lo más sentida y bonita. Todo fue maravilloso, los bailes, cantos y palabras dedicadas a mi persona como visitante especial de la escuela. En unas improvisadas palabras de gratitud por lo que estaba viviendo intenté expresar mi gran reconocimiento y emoción por tan inmerecido homenaje. Gracias de corazón a todos.
“Class observation”
El jueves, 27 es un día intenso en el que tengo programada una Class observation para cada grado, en total 11 clases de media hora cada una. Al acabar el día, después de tan completo periplo, tenía una idea bastante precisa sobre los grupos a los que la semana siguiente daría clases: ubicación, número de chicos, edades, profesores tutores, etc.
Algo que me llama poderosamente la atención y que destaco en mis notas, es la juventud de todos los profesores (23 a 27 años, aproximadamente) a la vez que su profesionalidad, con la cual cosechan, en general, el respeto y la atención de sus alumnos.
“Barangay tour”
Por la tarde, acompañado por Madre Regina y Madre María, tuve ocasión de conocer el entorno del colegio por el Barangay o barrio en el que viven gran parte de los niños del colegio y sus familias. Las condiciones de vida son realmente de pobreza con unas infraviviendas en las que conviven hacinadas un gran número de familias. No obstante, la alegría con la que nos saludan los niños y sus familiares es propia de personas con una concepción vital que nos resulta difícil de entender en las sociedades desarrolladas. El colegio, la educación, los profesores y cuidadores dignifican la vida de estos niños que compaginan perfectamente el ambiente ordenado y limpio de la escuela con las condiciones más paupérrimas de sus casas y barrio.
“Nutrition day celebration”
El viernes, 28, el colegio celebraba el denominado Nutrition Day, una especie de fiesta nacional del sistema educativo en el que los centros organizan un programa de actividades educativas y lúdicas en torno al tema central de la nutrición. Desde primera hora de la mañana toda la comunidad educativa —profesores, niños, padres, empleados del colegio y amigos— se congregó en el pabellón del colegio para jugar, aprender, concursar y, en definitiva compartir, unos buenos y muy divertidos momentos.
Además de la propia temática de la celebración, la nutrición como enseñanza reglada en los programas de primarias, algo que sería muy útil y exportable a otras latitudes, me llama la atención la entrega, dedicación y seriedad con la que se acometen las actividades del programa. Los concursos organizados: platos cocinados por equipos compuestos por los padres de los estudiantes de los distintos grados; concurso de carteles dibujados; habilidades, plantación de cultivos, etc. fueron precedidos de un compromiso colectivo de los concursantes, jueces, y comunicadores (se constituye un equipo de redactores que elaboran una crónica para la revista del colegio) sobre la aceptación y cumplimiento de las normas éticas establecidas.
En un momento dado, me invitan a participar como miembro del jurado del concurso de platos elaborados y del concurso de carteles dibujados. Junto con Madre Regina y Madre Magdalena constituimos un mini jurado encargado de dilucidar, sobre una base de criterios perfectamente definidos, acerca de las bondades de los platos y carteles elaborados.
Fue todo muy divertido, a la vez que aleccionador, realmente interesante. Me quedo con las ganas de leer cuando salga la crónica realizada por el equipo de periodistas nombrado, entre los que se encuentra Yuba, de quien me he hecho amigo enseguida.
Santa Clara Church y The Ruins Tours
La tarde del viernes 28 la dedicamos a una actividad cultural por la ciudad de Bacolod con la visita a la Iglesia de Santa Clara y a las Ruinas de un antiguo palacete de la época colonial española. La visita la realizamos con un grupo de profesores de la escuela, de los que como ya he dicho me llama poderosamente la atención su juventud, y ahora también su buena sintonía y amistad fuera de las aulas.
Mambukal Resort
El sábado 29 de julio, las directoras, un grupo de profesores y yo hicimos una excursión al parque natural Mambukal Resort, de las siete cascadas, en el que pasamos un día excelente compartiendo un marco de una belleza natural singular. De camino al parque se pasa por una localidad llamada Murcia, algo que me llama la atención y me recuerdan tiene que ver con el pasado español del país. En los alrededores se encuentran también Valladolid, Córdoba, Granada, Pontevedra y otras localidades con nombres de ciudades españolas.
El domingo 30 voy por la mañana a misa con Madre Regina y Madre Magdalena a la parroquia del barrio de la Escuela, y por la tarde, acompañado de Queenie y Reyan, dos profesores encantadores, visitamos la playa de Bacolod, algo alejada del colegio.
Las clases: una experiencia inolvidable
Lo primero que tengo que decir es que me divertí dando clases en inglés sobre lengua y cultura española (tradiciones y costumbres) y fútbol y deportes. Como si de algo practicado se tratara, con la inspiración del Espíritu Santo, conecté con todos los grupos de una manera natural. Los contenidos de las clases los preparé de forma improvisada, ya que me dieron el schedule el día anterior al comienzo, el mismo domingo, con los temas propuestos y los horarios fijados.
El enfoque que adopté fue el participativo de manera que los chicos intervinieran activamente en la clase. Según iba dando las clases iba adaptando y mejorando en la medida de lo posible para conseguir dar una clase divertida e instructiva a la vez, que estimulara la curiosidad por España y sus gentes.
Eran 19 horas de clases en una semana, distribuidas en sesiones de mañana y tarde. Una media de cuatro clases diarias.
Como digo, fue una experiencia muy bonita para una persona que no se dedica a la enseñanza, que nunca podré olvidar. La alegría de los chicos, su curiosidad, su respeto con un saludo coral al entrar a clase, su afecto mostrado desde el primer minuto, y algunos chicos y chicas especiales como Yuba y Arjal, con los que en tan poco tiempo conecté.
Las fotos que les pedí después de clase a todos los grupos son expresión gráfica de estos sentimientos y conexión entre un un grupo de chicas y chicos y un profesor, Sir como ellos me llamaban, invitado y que estaba de paso por sus vidas.
No importó la edad de los chicos para encontrarme bien con todos ellos y recibir su afecto y su elixir de niños bendecidos por el Señor.
La convivencia durante estas dos semanas con Madre Regina y Madre Magdalena fue especialmente buena. Todos los momentos compartidos me llenaron de satisfacción, siendo inolvidables los ratos de las comidas y las cenas en las que hablábamos de las experiencias y acontecimientos del día a día. Fueron de gran ayuda para mi adaptación a la vida de allí y a la comunidad. Los momentos en los que compartí con ellas la oración vespertina, antes de la cena, en la bonita capilla de la escuela, también fueron muy gratificantes. Gracias de corazón, Madre Regina y Madre Magdalena.
5 y 6 de agosto
Terminada mi estancia en Bacolod, pongo rumbo a un nuevo país, Indonesia. Allí voy a visitar la escuela Carmen Sallés de Larantuka, en Isla de las Flores. Para ello tengo que volar a Manila para coger otro vuelo a Bali y de allí a Maumere, donde, ya por tierra, iré a Larantuka.
En el aeropuerto de Maumere me espera Madre María Arranz, directora del Colegio, que personalmente ha venido a recogerme con el coche de la escuela. Después de comer algo en un establecimiento de al lado del aeropuerto, salimos para Larantuka. Son cuatro horas de camino por una carretera de montaña repleta de curvas.
Me llama ya la atención la fortaleza y serenidad de Madre María que con toda naturalidad está al volante para hacer un camino de vuelta muy fatigoso de cuatro horas después de haber conducido otras cuatro horas hacía solo un rato. Paramos varías veces por el camino para contemplar alguna vista o saludar a algunos lugareños, con los que nos hacemos algunas fotos. Madre María me dice que les gusta posar para las fotos.
A las 18,30 aproximadamente llegamos a Larantuka sin una sensación de cansancio acusado. Llevo muchas horas de camino pero Madre María ha sabido insuflarme energía, al mismo tiempo que algo de su serenidad. Toda una bendición Madre María, y solo acabo de conocerla.
Lo que queda de tarde-noche la empleamos en decidir sobre el alojamiento para estos tres días de estancia y cenar antes de intentar descansar algo. Finalmente, me quedaré en un pequeño hotel al lado de la escuela, muy cómodo para estar casi como en la propia escuela.
7 a 9 de agosto
Son solo dos días de convivencia con la comunidad escolar del colegio en Larantuka pero la sensación que me queda es de haber vivido una experiencia intensa y bonita en la que he recibido un mensaje de amor y dedicación total por los niños y niñas y una preocupación sincera por la educación como vía principal para mejorar las condiciones de vida presentes y futuras de la comunidad.
En tan solo cuatro años, la congregación religiosa, con Madre María a la cabeza, ha levantado de la nada una obra física, educativa, espiritual y humana impresionante, deslumbrante, divina, diría yo, que es la mejor bendición que los niños y sus familias podrían recibir. Las aulas, los patios, la residencia, la capilla, las instalaciones en general desbordan luz y acompañan a la alegría de vivir de todas las personas que allí conviven: niños (cuatro cursos), religiosas (madres, hermanas y postulantes), profesores, padres y cuidadores, personal de mantenimiento, etc., algo maravilloso.
El aula de informática y el Fondo MFJF
El primer día de mi estancia Madre María organiza una visita a todos los cursos de la escuela y tengo la oportunidad de ver lo bien atendidos que están todos los niños, con sus uniformes y todo el mobiliario y material escolar ajustado a sus necesidades. Es para mí una alegría y una satisfacción inmensas poder ver con mis propios ojos en qué se ha materializado la donación del Fondo MFJF solidario de mi familia. El aula de informática del colegio presenta un aspecto precioso, con unos ordenadores y proyectores siendo utilizados por los niños para sus clases. Feli está allí conmigo disfrutando de su obra y respirando la felicidad de ese espacio celestial en la tierra.
El recorrido por todas las clases acompañado por Madre María, traduciendo al idioma indonesio mis palabras de saludo a los niños, fueron unos momentos entrañables, que me ofrecieron la oportunidad de vivir la alegría y la energía desbordantes de aquella comunidad escolar.
Una visita a Larantuka y sus alrededores
Larantuka es un pueblo pequeño de Isla de las Flores que aunque algo alejado de las rutas turísticas más conocidas de Indonesia, como Bali y Yakarta, atesora una belleza natural propia de una región privilegiada por un clima y unas costas paradisíacas. Siendo un enclave católico dentro de una zona musulmana mayoritaria en Larantuka se encuentra un número importante de iglesias en las que se cuida el culto y la tradición cristiana. Una de las tardes de mi estancia la dedicamos a la visita de algunas de estas iglesias, acompañándome una hermana de la congregación y una profesora del colegio. Pasamos por la casa de alquiler en la que vivieron durante los primeros meses Madre María y otras hermanas hasta que empezaron a levantar la escuela.
Algo que llama mucho la atención a los visitantes occidentales son los mercados populares en los que se hace la compra diaria de alimentos y de cualquier otro artículo de primera necesidad. El bullicio caótico que se vive es algo natural, perfectamente controlado para todos los aldeanos. Comprar el pescado en medio del ruido y humo de las motos y todo tipo de vehículos es algo absolutamente normal que es difícil de asimilar para las personas que como yo no estamos habituados a estos escenarios.
Los colores, olores, conversaciones y escenas del mercado de Larantuka se me impregnan durantes las próximas horas.
Madre María me lleva en otro momento a visitar los alrededores de Larantuka, llegando a un pueblo de pescadores donde nos encontramos con alumnos de la escuela Carmen Sallés y sus familias, abriéndonos las puestas de sus casas y la parroquia, dicho de paso, de unas dimensiones grandes que me llamaron la atención. Al parecer era una iglesia que acoge a los feligreses de varios pueblos cercanos y por ello que el gran espacio existente se llenaba durante las celebraciones.
Misa en Indonesio
La Capilla del Colegio Carmen Sallés de Larantuka es una preciosidad. No me extraña que Madre María esté muy orgullosa de ella. Es una Capilla que rezuma espiritualidad y serenidad en la que la comunidad celebra sus actos y congrega a todos sus miembros día tras día. Por las tardes escucho misa en Indonesio con los misales que me proporcionan las hermanas y leo sus cantos y oraciones aunque lógicamente no entiendo lo que dicen. Aún así, viví unas celebraciones emotivas e inolvidables.
En unos momentos de oración, Madre María me presta un libro sobre la Biblia del que leo unos capítulos sobre el Rey David que no puedo terminar de leer pero que me enganchan de tal manera que me anoto el título para terminarlo en Madrid. Ya tengo el libro “Vivir con la Biblia”, del Cardenal Carlo María Martini, y ahora me queda leerlo. Gracias por la referencia, Madre.
Por la noche, después de la cena en comunidad, el grupo de postulantes que reside en la Escuela, celebra un sentido acto de despedida de algunas de las compañeras que parten al día siguiente para Manila para ampliar su formación en la residencia de la Congregación a la que yo iré en mi camino de vuelta a España. La emoción y el amor que se profesan inundan todo el ambiente.
Fiesta de despedida de Larantuka
El 9 de agosto tengo prevista la salida de Larantuka para iniciar lo que será el camino de vuelta a España. Madre María me proporciona todo lo necesario para mis desplazamientos y estancia por una noche en Bali. Una vez más vuelve a impresionarme su capacidad para estar absolutamente pendiente de todo.
A las siete de la mañana todo el colegio está formado en el patio cantando, esperando mi llegada, con Madre María a la cabeza, guitarra en manos. La emoción me embarga y casi no atino a decir unas palabras de agradecimiento y de mi más profundo reconocimiento y amor por todos y todo lo que había vivido en tan solo tres días con ellos. Que Dios bendiga a la comunidad del Colegio Santa Carmen Sallés en Larantuka. Gracias, de todo corazón, en nombre de mi mujer, que nos está viendo desde el cielo, mis hijas, Laura y Nuria y de este pobre pecador.
10 de agosto
De Larantuka a Maumere, camino de Bali para llegar a Manila, estancia última antes de coger el avión para Madrid.
Hago noche en Bali en la residencia Domus Mariae, adonde Madre María me ha reservado habitación, justo al lado del aeropuerto.
Del 10 al 13 de agosto
Quezon City. Missionary Sisters Of Inmaculate Conception
Antes de regresar a Madrid paso tres días en la residencia que la Congregación Concepcionista tiene en Manila, regentada por Madre María Mateu. En un barrio o subdivisión, como allí lo llaman, de Quezon City, a cerca de dos horas en taxi desde el aeropuerto de Manila, se encuentra este reducto de espiritualidad en el que las nuevas generaciones, postulantes, de religiosas se forman bajo la batuta de Madre María y Madre Mercedes. Es una residencia que el curso que viene será también escuela, acogiendo a los chicos de los barrios más pobres de la zona. En estos días se encuentran en plena obra para construir nuevas aulas en un patio de la residencia. La ilusión se entremezcla con la responsabilidad de poner en marcha una nueva actividad.
La comunidad de religiosas y postulandas o formandas me acogen nuevamente con todo cariño. Madre María Mateu me cuenta muchas cosas sobre la labor de enseñanza de la congregación en la zona y otros países del mundo desde su profundo conocimiento como ex superiora de la congregación durante algunos años.
Los dos días de mi estancia en Manila los empleo en conocer la residencia y sus alrededores, yendo a la capital a visitar algunas zonas de interés cultural y religioso. Madre María me guía por el centro histórico, Intramuros, y por la zona más cosmopolita de una ciudad caótica donde las haya; el tráfico colapsado de continuo, el desorden urbanístico, la aglomeración y la miseria por doquier hacen de Manila una ciudad absolutamente imposible para un madrileño como yo. Madre María me dice que ya ha terminado por acostumbrarse.
Una visita a Manila
La Catedral, el Monasterio de los Agustinos, uno de los Museos de la ciudad, y el fuerte español donde fusilaron a un héroe de la guerra de Filipinas, compusieron el itinerario de la preciosa visita realizada en compañía de la mejor guía posible, Madre María, desbordante de energía en todo momento, en la que utilizamos todo tipo de medio de transporte (triciclos, jeepnis, autobuses, taxis, …) .
Misa en Tagalo y despedida entrañable
La tarde anterior a mi partida oí misa en Tagalo en la Parroquia del barrio junto con Madre María Mateu, en lo que suponía una de mis últimas actividades de mi misión en Filipinas.
La rica cena que tomamos fue especialmente elaborada para la ocasión por las alumnas de la residencia, que no solo dedicaban su tiempo a la oración y sus estudios, sino que además se organizaban perfectamente para llevar todas las tareas domésticas, incluida una riquísima cocina. Fue todo primoroso, pero fue especialmente sublime el acto que prepararon con canciones y bailes dedicados a mi persona.
Mi emoción me recordó a las vividas en Bacolod y Larantuka, elevando mi sentimiento de gratitud y reconocimiento hacia una congregación religiosa, que me ha permitido vivir una experiencia única, de una humanidad, entrega y dedicación a los demás fuera de lo común y muy difícil de encontrar.
Todo lo vivido durante estas tres extraordinarias semanas en Bacolod, Larantuka y Manila ha penetrado en mi corazón y queda en él grabado para siempre. Los recuerdos, sentimientos y afectos quedan dentro de nosotros y gracias a pequeños detalles también puedo verlos en las tarjetas dedicadas que me regalasteis, mis queridas Madres, Hermanas, formandas, profesores, niños y niñas y todos lo que me acogisteis con un afecto y amor celestiales.
Gracias a todos desde lo más profundo de mi corazón.
13 de agosto
A las 20:20, llego a Madrid, con escala en Dubai, tras veinticinco horas de viaje.
Gracias a Dios, a la Virgen, a Santa Carmen Sallés y a mi amada Feli que intercede por nosotros en el cielo.
Todo lo vivido queda para siempre en mi corazón.
José Luis Lizcano
Álbum completo de fotos del Proyecto Misionero 2017 en Facebook >>
My friend,
All memories we made will be cherished. We are looking forward to meet in prayer.
-Yuval (not Yuba) 🙂
Mi amigo,
Todos los recuerdos que hemos hecho serán apreciados. Esperamos encontrarnos en oración.
-Yuval (no Yuba) ?
Querido Yuval, que Dios te bendiga. Mis mejores recuerdos y deseos para ti y todos tus compañeros. Un afectuoso abrazo
Espiritualidad, trabajo y alegría. Que gran labor. La crónica y las fotos preciosas. Animo para continuar. Un abrazo.
Gracias, José Manuel, por tus bonitas palabras y deseos. Seguiremos haciendo lo que podamos. Un abrazo fuerte
Este año voy a Indonesia concretamente Yogikarta y Bali siempre he echo voluntariado con congregaciones católicas y hoy encontré tu blog y me gustó por ello te quería preguntar si conoces misioneras/os españoles en Bali para contactar con ellos y ver sus proyectos y poder ayudar. Gracias